«No quiero discutir, quiero que …»
En nuestras vidas diarias, nos encontramos inmersos en una variedad de situaciones que requieren de discusiones, de diferencias en la forma de ver el mundo, de vivir y sentir las cosas que suceden y que además requieren de una resolución de problemas.
Desde el ámbito personal hasta el profesional, a menudo nos enfrentamos a desafíos que requieren un enfoque constructivo y empático para encontrar soluciones que resulten beneficiosas para todas las personas implicadas.
Sin embargo, te lo cuento de primera mano por que me muevo aquí con mucha frecuencia, es habitual que estas conversaciones las contaminemos con un lenguaje agresivo y con una falta de aceptación emocional, con muchas ganas de querer llevar razón y con demasiada dificultad para escuchar lo que la otra persona propone.
Lo sé, lo provoco y me disculpo por esas ocasiones que no soy capaz de vivirlo desde otra perspectiva. Pero también sé que es posible discutir de otra forma.
Imagínate una realidad en la que nuestras discusiones estén impregnadas de un lenguaje cordial, donde nos esforzamos por entender y aceptar las emociones de los demás. Este enfoque, basado en la empatía y la consideración hacia los demás, no solo facilita la resolución de problemas, sino que también fortalece nuestras relaciones y promueve un sentido de comunidad.
Te propongo discutir desde el amor pleno.
Si nos movemos desde aquí, descubriremos cómo un enfoque consciente y respetuoso puede transformar nuestros conflictos en oportunidades de crecimiento personal y fortalecerá nuestras relaciones personales. Incluso puede ser que comencemos a disfrutar con el hecho de discutir.
Para lograrlo es necesario que trabajes para comunicarte de manera afectiva, validando tus emociones y las de la otra persona, generando un ambiente de comprensión mutua.
¿Nos lanzamos a discutir desde el amor y el resto de las emociones?
A través de la adopción de un lenguaje cordial y la aceptación emocional, podemos abrir puertas a la resolución de problemas más efectiva y constructiva. Al hacerlo, estamos construyendo puentes de entendimiento que nos acercan a un mundo en el que nuestras diferencias se convierten en oportunidades para crecer juntos. Prueba a poner en marcha algunas de las estrategias que te ofrezco, no te las creas tal cual sin haberlas practicado.
- Practica la escucha activa: Presta atención genuina a lo que la otra persona está diciendo, sin interrumpir ni juzgar. Haz preguntas para aclarar su perspectiva y demuestra tu interés. Esto muestra respeto y promueve una comunicación abierta y efectiva.
- Valida las emociones de los demás: Reconoce y valida las emociones que la otra persona expresa, incluso si no estás de acuerdo con su punto de vista. Reconocer las emociones de los demás les permite sentirse comprendidos y crea un ambiente más propicio para la resolución de problemas.
- Utiliza un lenguaje no confrontacional: Evita el uso de un lenguaje agresivo o acusatorio. En su lugar, elige palabras y frases que sean respetuosas y que fomenten la colaboración. Por ejemplo, en lugar de decir «Tú siempre haces esto mal», puedes decir «Me gustaría explorar otras alternativas juntos».
- Busca puntos en común y enfoques colaborativos: En lugar de enfocarte únicamente en las diferencias, busca puntos en común y enfoques que puedan unir a ambas partes. Busca soluciones mutuamente beneficiosas y considera las necesidades y preocupaciones de todos los involucrados.
- Practica la empatía: Trata de ponerte en el lugar de la otra persona y comprender su perspectiva. Considera cómo se sienten y cómo sus experiencias pueden influir en su punto de vista. La empatía fomenta la comprensión mutua y ayuda a crear un ambiente de aceptación emocional.
La práctica constante de estas estrategias te ayudará a desarrollar habilidades de comunicación más efectivas y a construir relaciones más saludables y constructivas. Al adoptar un enfoque basado en el lenguaje cordial y la aceptación emocional, estarás contribuyendo a la creación de un entorno en el que la resolución de problemas se convierta en una oportunidad de crecimiento y colaboración.
Y si quieres seguir profundizando en las estrategias de comunicación cordial y afectiva, te dejo dos libros que te pueden ayudar a ello. Estos libros te brindarán herramientas y conocimientos para mejorar tus habilidades de comunicación, fomentar la aceptación emocional y abordar los problemas desde un enfoque más constructivo y afectivo.
- «Comunicación No Violenta: Un lenguaje de vida» por Marshall B. Rosenberg. Propone un enfoque de comunicación basado en la empatía, la honestidad y la compasión. A través de ejemplos y ejercicios prácticos tienes una guía para expresar tus necesidades de manera clara y respetuosa, y para escuchar comprensivamente a los demás, fomentando así una comunicación más auténtica y satisfactoria.
- «El arte de conversar: Psicología de la comunicación verbal» por Jesús Martín Barbero. Aquí se exploran aspectos psicológicos y socioculturales de la comunicación verbal, examinando la forma en que nos comunicamos y cómo influye en la construcción de significados y relaciones. A través de reflexiones teóricas y ejemplos prácticos te verás invitada a replantear la manera en que te relacionas verbalmente, promoviendo una comunicación más afectiva y por tanto más efectiva.
¡No dudes en dar el primer paso y empieza a vivir una vida más plena y consciente hoy mismo!
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