«No evites tu tristeza aprende a escucharla»

«No evites tu tristeza aprende a escucharla»

La tristeza es una emoción muy compleja que no siempre somos capaces de identificar en sus matices y tiene más de veinte formas diferentes agrupando sensaciones como el dolor, la melancolía o el desánimo.
Puede parecer contradictorio afirmar que la tristeza es una emoción útil ya que es habitual vivirla como una emoción negativa, que no deseamos sentir, la rechazamos y esto suele provocar que no se resuelva.
Sin embargo, la tristeza cumple una función importante en nuestro bienestar emocional y desarrollo personal, es la alarma que nos recuerda que hemos perdido algo importante para nuestra vida y que debemos aprender a vivir sin ello.

La tristeza nos permite procesar y aceptar las pérdidas, decepciones y situaciones difíciles que experimentamos a lo largo de la vida. Actúa como una señal emocional que nos indica que algo no está y que necesitamos prestar atención a nuestras necesidades emocionales. Al permitirnos sentir tristeza, nos damos la oportunidad de reflexionar sobre nuestras experiencias, comprender nuestras limitaciones y aprender valiosas lecciones sobre nosotras mismas, las personas de las que nos rodeamos y el mundo que nos rodea.

¿Cuándo vas a comenzar a abrazar tu tristeza?

La tristeza también tiene un componente fuerte de empatía, ya que nos conecta con las emociones de los demás. Cuando vemos a alguien triste, nuestra propia tristeza puede surgir como una respuesta de conexión personal, y desde ahí muy posiblemente nos movamos a ofrecer nuestro apoyo y consuelo.
Esta conexión emocional me resulta muy satisfactoria pues me ha hecho, a lo largo de mi vida, fortalecer lazos de amor con otras personas, conectar desde lo más profundo y desde ahí continuar caminando unidos en la vida.
Además, la tristeza tiene una profunda intención de que actúes para cambiar tu vida, es uno de los motores para el cambio.
Nos sucede que cuando experimentamos la tristeza ante una situación que consideramos injusta o dolorosa, nos impulsa a buscar soluciones, a cuestionar y a desear mejorar nuestra realidad. La tristeza puede motivarnos a tomar acciones transformadoras, a buscar ayuda o a buscar nuevas oportunidades que nos lleven a un estado emocional más saludable y satisfactorio.
Aprender a aceptar y manejar la tristeza de manera saludable nos permite crecer emocionalmente y encontrar un mayor equilibrio en nuestra vida.

Todo esto lo sé de primera mano, porque la tristeza es una de las principales emociones que suelen atraparme, que no es nada agradable está en ella, habitarla, sentirla y mucho menos aprender de ella.
Pero a lo largo de todos estos años de trabajo personal para aprender a gestionar emociones, las mías y las ajenas, he logrado probar numerosas estrategias para vivirla con normalidad, escucharla y darle es espacio que necesita. Te doy alguna de ellas, no te las creas y ponlas en marcha para verificar que te sirven, o no.

  • Aceptación y expresión emocional: Reconoce y acepta tus sentimientos de tristeza como una parte natural de la vida. Permítete sentir y expresar tus emociones sin juzgarte. Puedes hablar con alguien de confianza, escribir en un diario o practicar actividades artísticas como la pintura o la música para canalizar y expresar tu tristeza, solo podrás observala si la dejas salir.
  • Auto-cuidado y apoyo social: Presta atención a tus necesidades emocionales y físicas durante períodos de tristeza. Prioriza tu bienestar y practica el autocuidado, como dormir lo suficiente, mantener una alimentación equilibrada, realizar actividad física y dedicar tiempo a actividades que te brinden placer y satisfacción. Busca el apoyo de familiares, amigos o profesionales de la salud mental, ya que compartir tus sentimientos con otros puede aliviar la carga emocional.
  • Reflexión y aprendizaje: Utiliza la tristeza como una oportunidad para reflexionar sobre tus experiencias, observar lo que has perdido y diseñar como vivirás sin ello. Pregúntate qué puedes extraer de la situación que te entristece, qué lecciones puedes aprender y cómo puedes crecer a partir de ella. La autoreflexión te ayudará a encontrar un significado y propósito en tus experiencias y a desarrollar una mayor comprensión de ti mismo.
  • Practicar la autocompasión: Trátate a ti misma con amabilidad, comprensión y compasión. Reconoce que experimentar tristeza es parte del proceso de sanación y date permiso para sentirte triste sin juzgarte. En lugar de buscar la manera de no estar triste, párate y detente, ya que es lo que la emoción te está pidiendo que hagas por ti.
  • Busca el cambio: Utiliza la tristeza como un motor de cambio con perspectiva constructiva. Identifica las áreas de tu vida que te llaman a moverse y establece metas realistas, breves y acorde con tus emociones. No te exijas. Acepta que en ocasiones no tener fuerza para nada es la única opción para poder observar lo que te está ocurriendo.

Seguro que después de todo esto, deseas profundizar mucho más en esta emoción tan fuerte y frecuente a lo largo de nuestra vida, pues desde ahí, desde tu búsqueda personal te ofrezco dos lecturas que pueden apoyarte.

  • “La tristeza y la furia” de Enric Corbera. Aborda el tema de la tristeza desde una perspectiva emocional y terapéutica. Explora las raíces de la tristeza, sus manifestaciones y cómo podemos comprenderla para transformarla en un recurso de crecimiento personal.
  • “El arte de amargarse la vida” de Paul Watzlawick. Explora cómo nuestras propias actitudes y pensamientos pueden contribuir a nuestra infelicidad, ofreciendo ideas valiosas para comprender y gestionar la tristeza de una manera más saludable.

Léelos y me cuentas que te han parecido.

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