«Cuando la crianza me supera»

«La crianza me supera»

Cuando la crianza se convierte en un desafío insuperable, surgen términos como “estar hasta las orejas” o el “burnout parental”, y puedo hablarte de ello como padre que lo ha experimentado en varias ocasiones.

La crianza de nuestros hijos e hijas puede ser una montaña rusa emocional. En momentos de agotamiento extremo, cualquier persona se sentiría abrumada. Lo admito, tengo una hija de 13 años y un hijo de 4, y en ocasiones me he visto completamente desbordado.

Si te has escuchado a ti mismo diciendo frases como “estoy agotado/a”, “trabajar con los niños en casa es imposible”, “necesito un respiro o me voy a derrumbar”, o “no aguanto más tanta tensión con mis hijos”, es probable que estés experimentando lo que se conoce como “Agotamiento Emocional Parental”.

Este agotamiento abarca lo físico, lo cognitivo y lo emocional, y es la señal de que es hora de parar y ganar perspectiva sobre lo que está ocurriendo.

Es el momento de buscar ayuda.

¿Qué es el Síndrome de “Burnout” Parental?
Entonces, ¿qué es exactamente el síndrome de “burnout parental”? En psicología de la gestión emocional se define como la exposición crónica a un estrés que impide a los padres y madres encontrar los recursos educativos y personales necesarios para afrontar las situaciones estresantes que surgen en el ámbito familiar.
Aunque este síndrome no se reconoció hasta el año 2018, desde entonces se ha identificado ampliamente, y se ha destacado que las madres son dos veces más propensas que los padres a padecerlo.
A mi me ayudó mi psicóloga de referencia a ponerle nombre, y no hace demasiado tiempo de esto, incluso yo que profesionalmente me dedico al facilitar procesos de aprendizaje psicológico se me auto-escapó, pues desde dentro del huracán es complejo ver donde estás.

A mí, ¿qué me causaba este “agotamiento parental”?

Una de las principales razones es que, como padre sentía que tanto la la sociedad y mi trabajo me exigía rendir igual o más, que aquellas personas que no han optado en su vida por la paternidad. Esto a cada instante se sigue volviendo complicado en especial cuando mis hijos se enferman con frecuencia, no pueden asistir a la escuela o la guardería.

Imagina cuando hablamos que tienen enfermedades crónicas o necesitan apoyo constante en sus vidas.

Es necesario tomar conciencia que la paternidad y la maternidad requieren un esfuerzo extra, pero aquellas personas que experimentan el «burnout» parental este agotamiento se siente insuperable e irrecuperable. Yo en aquel momento sentía que podía hacer todo lo que pensaba que debía hacer, y hacerlo al mismo tiempo, viviendo una sensación de prisa y de falta de tiempo y espacio personal que me superaba.

Hay otras muchas causas, pero todas ellas tienen una misma raíz, pensar que podemos y debemos llegar a todo, igual que en los tiempos en los que no tenías hijos/as o como las personas que no los tienen.

¿Cuáles son los efectos de este “agotamiento parental” en la tarea de ser madre o padre?

  • Uno de los efectos es el “distanciamiento emocional” con los hijos: resultado de las numerosas y continuas situaciones de estrés familiar en el cuidado. Esto lleva a los padres y madres a satisfacer las necesidades básicas de sus hijos de manera automática, evitando cualquier esfuerzo adicional, rechazando muestras de cariño y anhelando la soledad de forma constante.Estas situaciones a menudo generan un sentimiento de culpa por no desear pasar tiempo con sus propios hijos/as.
  • Reducción del placer en la crianza: El agotamiento parental también puede despojar a los padres del disfrute que solían encontrar en la crianza. Lo que antes eran tardes de juego y risas pueden convertirse en momentos de tensión y agotamiento. Esto puede llevar a una pérdida de la alegría y la satisfacción que se experimentan al criar a los hijos.
  • Cambios en el Comportamiento de los padres y las madres: Los padres agotados a menudo muestran cambios en su comportamiento. Pueden volverse más irritables, impacientes o incluso recurrir a comportamientos autoritarios o punitivos. Esto puede tener un impacto negativo en la relación con los hijos, generando conflictos y dificultades de comunicación.
  • Impacto en el desarrollo de los hijos: El agotamiento parental puede influir en el desarrollo de los hijos de varias maneras. Pueden sentirse inseguros o preocupados por la falta de atención de sus padres. En respuesta a esto, algunos niños pueden desarrollar comportamientos disruptivos o buscar atención de manera negativa. Otros pueden sentirse culpables por ser una carga para sus padres.

En resumen, el agotamiento parental no solo afecta a los padres, sino que también tiene un impacto significativo en la relación con los hijos y en la dinámica familiar en general.

En mi caso personal reconocer los efectos negativos del agotamiento fue el primer paso hacia la búsqueda de soluciones que me han llevado a tener una crianza más saludable y satisfactoria, además de mejorar el ambiente general de la familia.

La Búsqueda de Ayuda y Apoyo

En cifras, siete de cada diez padres y madres en España reconocen sentirse agotados en algún momento debido al esfuerzo que implica criar a sus hijos. Al mismo tiempo, ocho de cada diez madres y padres sienten culpa por no poder dedicarles todo el tiempo que sienten que deberían, mientras experimentan frustración por la falta de tiempo para sí mismos. La clave para cambiar esta sensación de agotamiento parental es buscar ayuda de profesionales en psicología, crianza y gestión emocional lo antes posible, pudiendo comenzar por darse cuenta de los efectos negativos del agotamiento en su relación con los hijos.

Si no se ataja el placer de criar se desvanece, ya no se disfrutan los momentos con los hijos. Lo que antes podía ser una tarde de sábado llena de juego y risas ahora se convierte en una experiencia tortuosa. Los niños, incluso los más pequeños, notan el alto nivel de agotamiento de sus padres y el rechazo que sienten hacia ellos, lo que puede llevar a comportamientos disruptivos, llamados de atención constantes y sentimientos de culpa por creer que no son buenos para sus madres y/o padres.

Algunas estrategias que a mi me han funcionado en la crianza para no desesperarme y que te las cuento para que veas si a ti te son útiles, no las creas como verdad hasta que nos las practiques en primera persona.

  • Establecer Rutinas Claras y Consistentes: Las rutinas proporcionan estructura y previsibilidad para los niños. Establecer horarios para las comidas, el sueño, el tiempo de juego y las tareas escolares puede reducir el estrés tanto para los padres como para los hijos. Las rutinas consistentes ayudan a los niños a sentirse seguros y a comprender lo que se espera de ellos.
  • Practicar la Comunicación Abierta y Empática: Escuchar activamente a tus hijos y expresar empatía hacia sus sentimientos y preocupaciones les ayuda a sentirse comprendidos y valorados. Fomentar la comunicación abierta les brinda un espacio para expresar sus emociones y resolver problemas juntos de manera constructiva.
  • Cuidar de Ti Mismo: No descuides tu bienestar físico y emocional. Encuentra tiempo para ti mismo para relajarte, hacer ejercicio, o practicar actividades que disfrutes. Un padre o madre equilibrado es más capaz de enfrentar los desafíos de la crianza.
  • Establecer Límites Claros: Los límites son esenciales para enseñar a los niños sobre responsabilidad y autorregulación. Deben ser consistentes y apropiados para la edad de tus hijos. Asegúrate de explicar por qué se establecen ciertos límites y las consecuencias de no respetarlos.
  • Practicar la Auto-Compasión: La auto-compasión implica tratarte a ti mismo con la misma amabilidad y comprensión que ofreces a tus hijos. Reconoce que todos los padres cometen errores y enfrentan desafíos en la crianza. En lugar de ser crítico contigo mismo, date permiso para aprender de tus errores y crecer como padre o madre. La auto-compasión te ayudará a mantener una actitud más positiva y paciente en la crianza, reduciendo la desesperación.

Buscar la orientación de un profesional de la salud mental o un terapeuta familiar puede ser beneficioso para abordar los problemas de comunicación, restaurar la conexión emocional y aprender estrategias para la crianza más efectivas y saludables.

¡Con el tiempo y la práctica, encontrarás una mayor serenidad y bienestar en tu día a día!

Para seguir aprendiendo te recomiendo dos lecturas básicas me han servido a mi como guía para aprender otros modelos de criar y así construir el nuestro:

  • «Criar con Disciplina Positiva» de Jane Nelsen y Mary Nelsen Tamborski. Este libro se centra en la crianza positiva y efectiva. Ofrece estrategias y consejos basados en la psicología para criar a tus hijos de una manera que promueva la disciplina y el respeto mutuo sin recurrir a castigos o gritos.
  • «El Cerebro del Niño Explicado a los Padres» de Álvaro Bilbao, el libro explora cómo funciona el cerebro de los niños y cómo esta comprensión puede mejorar la relación entre padres e hijos. Proporciona consejos prácticos para abordar situaciones comunes en la crianza desde una perspectiva neurocientífica.

¡No dudes en dar el primer paso y empieza a vivir una vida más plena y consciente hoy mismo!

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