«El secreto de mi cordura»

«El secreto de mi cordura»

¿Alguna vez has pensado que estabas loca, que habías perdido tu cordura? Pues yo sí, en varias ocasiones.

En el ajetreo de mi vida en medio de las idas y venidas, me he encontrado preguntándome muchas veces si estoy lo suficientemente cuerdo para afrontar todos los desafíos que se presentan en mi camino. A lo largo de mi vida he experimentado una montaña rusa de emociones y responsabilidades, y a menudo me pregunto si mis reacciones son normales o si estoy manteniendo mi cordura en medio de todo.

La palabra «cordura» a menudo me parecía esquiva e incierta, ¿qué significaba realmente y cómo podía aplicarse a mi vida diaria?
Con el tiempo, me di cuenta de que estar cuerdo no significaba ser perfecto, sino tener la capacidad de enfrentar mis emociones y pensamientos con claridad y comprensión. Se trataba de abrazar mi autenticidad y aprender a navegar por las aguas emocionales con calma y serenidad.

En este viaje de autodescubrimiento, he aprendido que reconocer mi cordura emocional es una parte crucial de mi bienestar general. He descubierto señales importantes que me indican que estoy en equilibrio emocional, como la capacidad de enfrentar adversidades con autoescucha y establecer límites saludables en mis relaciones. A lo largo del camino, también he aprendido que es perfectamente normal tener altibajos en mi estado de ánimo y que buscar apoyo emocional es un acto valiente y necesario.

Hoy espero que, al hablar abiertamente sobre mis propios desafíos y descubrimientos, podamos conectar en un nivel más profundo y encontrar juntas la importancia de cuidar de nuestra salud mental.

¿Qué es la cordura y por qué es importante?

Un poco de historia de las emociones y de la fase de «nombrar la emoción» que es esencial para nuestro cerebro. La palabra “cordura” tiene un origen etimológico interesante. Proviene del latín “cordĭa” y, a su vez, de la raíz griega “kórdia”. Ambas palabras se relacionan con el término “corazón” en español.

En la antigua creencia griega, el corazón era considerado el órgano donde residían las emociones y la mente. Para los romanos, la palabra “cordĭa” se asociaba con la misma idea, refiriéndose al corazón como el centro de las emociones y la sabiduría.

Con el tiempo, la palabra “cordĭa” se transformó en “cordura” en el idioma español, manteniendo su significado esencial relacionado con la capacidad de mantener un equilibrio emocional y mental. Es interesante cómo la palabra “cordura” sigue conectada al concepto del corazón en su origen, remarcando la importancia de la inteligencia emocional y la estabilidad interna en nuestra vida cotidiana.

Por eso y de manera sencilla, me aplico en mi vida que la cordura es esa capacidad valiosa que todas poseemos para mantener un equilibrio emocional y mental en nuestra vida diaria.

Cuando estamos en sintonía con nuestra mente y emociones, somos capaces de establecer conexiones significativas con los demás y responder de manera adecuada a diversas situaciones y con honestidad desde las emociones que vamos sintiendo. Estamos cuerdas, estamos cuerdos.

Nos permite integrar nuestros dos sistemas en la toma de decisiones, el sistema emocional y el sistema lógico-racional, pues el uno sin el otro siempre ofrece respuestas parciales una realidad que, para todas las personas, es siempre dual. Estamos cuerdos, estamos cuerdas.

¿Cuáles son las señales de mi cordura?

  • Autoconocimiento y autenticidad: Una señal clara de que estamos en equilibrio emocional es el autoconocimiento y la autenticidad con nosotras mismas. Aceptamos y reconocemos nuestras emociones, tanto las positivas como las negativas, sin juzgarnos por sentir de determinada manera. Esto nos permite enfrentar nuestros sentimientos con comprensión y encontrar maneras saludables de expresarlos.
  • Capacidad para afrontar adversidades: La cordura se revela en nuestra habilidad para afrontar los desafíos de la vida. Si bien es normal sentirnos afectadas por situaciones difíciles, cuando estamos en equilibrio, somos capaces de enfrentar esas adversidades con valentía y conciencia de lo que deseamos. La capacidad de recuperarnos y aprender de las experiencias complicadas nos ayuda a mantener nuestra estabilidad emocional a largo plazo.
  • Establecimiento de límites saludables: Una muestra de cordura emocional radica en la capacidad de establecer límites saludables en nuestras relaciones y en nuestras vidas en general. Saber decir “no” cuando es necesario y evitar situaciones tóxicas o agotadoras nos protege emocionalmente y nos permite mantener una perspectiva clara y centrada.
  • Adaptabilidad y flexibilidad: La vida es impredecible y está llena de cambios constantes. La cordura se manifiesta en nuestra capacidad de adaptarnos y ser flexibles ante esas transformaciones. Aceptar que el cambio es una parte natural de la vida y aprender a fluir con él nos ayuda a gestionar el estrés y a mantener nuestro equilibrio emocional.
  • Conexión social y apoyo emocional: El estar conectadas con otras personas y recibir apoyo emocional es esencial para mantenernos cuerdas. Mantener relaciones significativas y compartir nuestras emociones con personas de confianza nos proporciona un espacio seguro para expresarnos y sentirnos comprendidas.

Estrategias para mantener la cordura en momentos complicados

La vida está llena de altibajos, y en ocasiones, nos encontramos enfrentando desafíos que ponen a prueba nuestra cordura emocional. Aquí te comparto algunas estrategias que he descubierto a lo largo de mi propio viaje, y que espero te sean de utilidad para mantener la cordura en los momentos complicados:

  • Autoatención y autocuidado: En tiempos de estrés y dificultades, es fácil olvidarnos de nosotras mismas. Practicar la autoatención y el autocuidado es esencial para mantener la cordura. Tómate tiempo para ti misma, identifica tus necesidades y atiende tus emociones. Puede ser mediante actividades como meditación, respiración consciente, o simplemente dedicando tiempo a hacer lo que te gusta y te relaja.
  • Hablar sobre nuestros sentimientos y emociones: A veces, mantener nuestras emociones en silencio solo agrava la situación. Busca a alguien de confianza con quien puedas hablar abiertamente sobre lo que estás sintiendo. Expresar tus emociones te ayudará a liberar tensión y a ganar perspectiva sobre la situación. Además, considera la posibilidad de buscar el apoyo de un profesional de la salud mental, como un psicólogo, si sientes que necesitas un espacio más seguro para explorar tus sentimientos.
  • Prácticas de bienestar: Las prácticas que promueven el bienestar pueden ser de gran ayuda para mantener la cordura. La meditación, el yoga, el ejercicio regular y pasar tiempo al aire libre son formas efectivas de reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Encuentra las actividades que te hagan sentir bien y hábitalas en tu rutina diaria.
  • Aceptación y flexibilidad: En ocasiones, nos enfrentamos a situaciones que están fuera de nuestro control. Practicar la aceptación, el pensamiento divergente y la flexibilidad en los planes diarios nos permite adaptarnos más fácilmente a las circunstancias. Recuerda que no siempre podemos cambiar lo que sucede, pero sí podemos cambiar nuestra forma de afrontarlo.
  • Evitar la sobrecarga emocional: Cuando nos sentimos abrumadas, es importante reconocer nuestros límites y evitar la sobrecarga emocional. No te sientas culpable por decir “no” a ciertas responsabilidades o actividades que puedan sobrepasarte.

Recuerda que vivir las emociones non es una línea recta y que mantener la cordura no significa no tener momentos de vulnerabilidad o tristeza, sino más bien encontrar un equilibrio para enfrentar las dificultades con conciencia y comprensión. A medida que integres estas estrategias en tu vida, notarás cómo la salud emocional se convierte en una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos con mayor calma y claridad.

¡Con el tiempo y la práctica, encontrarás una mayor serenidad y bienestar en tu día a día!

Dos libros te recomiendo para profundizar en este tema que es el de vivir cuerdos y cuerdas:

  • «La vida secreta de las vacas» de Rosamund Young. Este libro ofrece una perspectiva sorprendente sobre la inteligencia emocional y la cordura en el reino animal. Este libro ofrece una mirada reflexiva y conmovedora sobre la naturaleza de la cordura y la empatía, tanto en humanos como en animales.
  • «El poder del ahora» de Eckhart Tolle. En él se explora la importancia de vivir en el presente y liberarse de la carga del pasado y las preocupaciones futuras. Nos muestra cómo podemos encontrar la paz interior y la cordura al centrarnos en el presente y aprender a manejar nuestros pensamientos y emociones.

¡No dudes en dar el primer paso y empieza a vivir una vida más plena y consciente hoy mismo!

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