«No sé de dónde viene mi ira»
Cuenta una parábola tibetana:
«Un monje decidió meditar solo, lejos de su monasterio. Tomó su bote hasta el centro del lago, lo ancló allí, cerró los ojos y comenzó a meditar. Después de unas horas de silencio, sintió el repentino golpe de otro bote chocando con el suyo.
Con los ojos aún cerrados sintió que su ira aumentaba.
Estaba listo para gritarle al barquero que tan descuidadamente había perturbado su meditación. Pero, cuando abrió los ojos, se sorprendió al descubrir que se trataba de un bote vacío el que había golpeado al suyo. Probablemente se había desatado y flotaba hacia el centro del lago.
En ese momento, el monje tuvo una gran revelación.
Comprendió que el enojo estaba dentro de él; sólo necesitaba el golpe de un objeto externo para sacarlo fuera de él.
A partir de entonces, cada vez que encontraba a alguien que lo irritaba, se recordaba a sí mismo, que la otra persona no era más que un bote vacío: la ira estaba dentro de él.»
En miles de ocasiones me he encontrado con esta parábola, con ese bote, con el vacío del bote y he de confesarte que, durante casi la totalidad de ellas, me continúa costando aceptar que la barca, la que me golpea a mí, siempre está vacía. A mí aún hoy me requiere esfuerzo y tiempo terminar de ver que la ira forma parte de mí, de mi vida, de mi estar.
Cada vez que me vuelvo irascible arremeto contra todo y contra toda persona que incluso quiera ayudarme, tarde en ver que la ira, el enfado, la indignación o la violencia, viene de mí.
Pero también he de confesarte que en el instante que descubro su verdadero origen, y lo acepto, es en ese momento, cuando me resulta más sencillo hacerla desaparecer, aceptando que yo la encendí y que yo la puedo apagar.
Aún hoy, para que desaparezca la energía que me da la ira la tengo que invertir, la tengo que gastar, y para ello he construido un espacio de paz y de creatividad que me permite hacer algo diferente con mi enfado.
¿Tienes localizada la procedencia de tu ira?
Gestionar las emociones es el centro del método Handudy, con el que buscamos que todas las personas aprendan la práctica de la gestión emocional. Desde este método te doy cinco estrategias que pueden ayudarte a gestionar la emoción de la ira, esa emoción que tanta energía tiene, pero tan destructiva puede ser.
1. Practica la atención plena: La atención plena es la práctica de prestar atención consciente al momento presente sin juzgarlo, sin poner tu cabeza en ello, sin decidir si es bueno o malo. Cuando sientas que la ira te está invadiendo, detente y concéntrate en tu respiración, sin controlarla, simplemente observa. Después toma respiraciones profundas y lentas, observa las sensaciones físicas en tu cuerpo y deja que tus pensamientos pasen sin apegarte a ellos. La atención plena te ayudará a calmar tu mente y a desactivar la respuesta automática de lucha o huida que puede intensificar tu ira.
2. Cambia tu perspectiva: La ira puede ser el resultado de una percepción negativa o distorsionada de una situación. Trata de cambiar tu perspectiva y pensar en la situación desde otro ángulo. ¿Hay algo positivo que puedas sacar de esta situación? ¿Cómo podrías resolver el problema de una manera más constructiva? Ver la situación desde una perspectiva diferente puede ayudarte a reducir la intensidad de la ira.
3. Practica la empatía: La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona y comprender sus sentimientos. Cuando te sientas enojada, intenta ponerte en los zapatos de la otra persona y tratar de entender su punto de vista. ¿Cuáles son sus preocupaciones o necesidades? ¿Por qué están haciendo lo que están haciendo? Practicar la empatía puede ayudarte a reducir la ira y a encontrar soluciones más constructivas a los conflictos.
4. Practica la gratitud: La gratitud es el sentimiento de apreciación y reconocimiento por las cosas que ocurren en tu vida, no se juzgan, simplemente se agradecen aquellas de las que hemos aprendido algo. Cuando te sientas enojada, toma un momento para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecida. Esto puede ayudarte a poner las cosas en perspectiva y a reducir la intensidad de la ira.
5. Aprende técnicas de resolución de conflictos: Aprender técnicas de resolución de conflictos puede ayudarte a manejar mejor las situaciones que te hacen enojar. Algunas técnicas útiles incluyen la comunicación efectiva, la negociación y la resolución de problemas. Al aprender estas técnicas, podrás abordar los conflictos de manera más constructiva y evitar que la ira se apodere de ti.
Espero que estos consejos te sean útiles para manejar tu ira de manera saludable. Recuerda que la ira es una emoción natural cargada de significado, y que es importante aprender a entenderla, escucharla y manejarla para mantener relaciones saludables y satisfactorias con los demás.
Si quieres dejar de sufrir con tus emociones cotidianas y conseguir hacer una gestión consciente de tus emociones, puedes hacerlo con el método Handudy que te ofrezco resumido en mi libro «Latidos de emoción»
Una herramienta que te ayudará a nombrar, tomar conciencia y gestionar tus emociones de forma saludable, logrando retomar el sentimiento de calma y satisfacción en tu vida.
Y si quieres comprometerte con un cambio significativo de tu vida, basado en la gestión emocional, contáctame para comenzar con tu programa personalizado.