«Escucha tu cuerpo porque habla de tus emociones»

«Escucha tu cuerpo porque habla de tus emociones»

En un mundo acelerado y lleno de distracciones, a veces olvidamos que nuestro cuerpo es mucho más que una máquina. Es un templo sagrado que alberga nuestras emociones y al prestarle atención y cuidado trabajamos para mantener un equilibrio en nuestra vida, tan centrada en nuestra capacidad mental.

Cada sensación física que experimentamos tiene un significado más profundo, un significado unido a nuestro sentir. Nuestro cuerpo nos habla a través de sus susurros sutiles y señales vibrantes, y es nuestra responsabilidad sintonizar con él y entender lo que intenta comunicarnos.

Si te sientes agotada, tal vez tu cuerpo te esté diciendo que necesitas descansar y recargar energías. Date permiso para desconectar, relajarte y mimarte.

Si sientes tensión o dolores en ciertas áreas, es posible que tu cuerpo esté reflejando el estrés acumulado. Presta atención a esos nudos y bloqueos, y busca formas de liberarlos.

Para mí la alimentación ha sido un hábito de escucha emocional esencial para mi salud emocional y mi supervivencia. Poder observar cómo mi cuerpo reacciona a diferentes alimentos (tengo alergias alimentarias varias) me ha permitido respetarme, además de sobrevivir a mis alergias, pero también alimentarme de forma consciente, e incluso ver que emoción se esconde detrás de cada alimento o reacción (aunque no siempre consiga escucharme).

Escuchar tu cuerpo no solo implica reconocer las señales físicas, sino también conectar con tus emociones más profundas, permitirte sentir y expresar tus sentimientos sin juzgarte, aceptando que cada emoción tiene un propósito. Escuchar tus emociones en tu cuerpo te ayudará a comprender mejor tus necesidades y deseos internos.

Presta atención a las sutilezas de tu cuerpo y escúchalo con amor y compasión. Date permiso para desconectar del bullicio del mundo exterior y conecta contigo misma en un nivel más profundo. Descubrirás en tu cuerpo una guía invaluable para vivir una vida plena y auténtica.

¿Cuál fue la última vez que escuchaste realmente a tu cuerpo y qué te enseñó sobre tus emociones?

Escuchar nuestro cuerpo desde lo que nos habla de nuestras emociones nos abre un amplio abanico de posibilidades. Estrategias para hacer esta tarea de forma consciente y diaria hay muchas, te dejo algunas que me sirven a mí. Practícalas para averiguar si te son útiles, no te las creas sin haberlas probado antes.

Autoconciencia emocional: Para empezar, es importante desarrollar la autoconciencia emocional, que implica prestar atención a mis propias emociones y ser consciente de cómo se manifiestan en mi cuerpo. Me tomo un momento, a cada rato, para observarlo y reconocer en él mis sensaciones físicas que acompañan a mis diferentes emociones.

Sensaciones corporales comunes: Cada emoción puede manifestarse de manera única en el cuerpo, pero hay algunas sensaciones corporales comunes asociadas a ciertas emociones.
Por ejemplo:

  • La alegría puede generarme una sensación de ligereza en el pecho o un aumento de energía.
  • La tristeza puede venirme acompañada de una sensación de pesadez en el cuerpo, opresión en el pecho o ganas de lloras.
  • La ira me suele producir una tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco o calor en el cuerpo.
  • El miedo puede desencadenarme una respuesta de “lucha o huida”, como una aceleración del ritmo cardíaco, sudoración o sensación de opresión en el pecho.

Escucho mi cuerpo: Presto atención a las señales que mi cuerpo me envía. Cuando experimento una emoción, tomo nota de las sensaciones físicas que acompañan a esa emoción. Me resulta útil llevar un diario emocional en el que registro mis emociones y las sensaciones corporales que experimento. Me ayuda a ver todo lo que se repite y ver mis avances.

Relación mente-cuerpo: Recuerda que nuestras emociones y nuestro cuerpo están interconectados. Las emociones pueden influir en la forma en que nos sentimos físicamente, y a su vez, nuestras sensaciones corporales pueden afectar nuestras emociones. Observa cómo tus emociones afectan tu postura, tu respiración, tu energía y otras sensaciones corporales.

Práctico la atención plena corporal: La atención plena o la meditación me ayudan a desarrollar una mayor conexión entre mi mente y mi cuerpo. Al practicar la atención plena, puedo enfocarme en mis sensaciones corporales y observar mis emociones sin juzgarlas. Esto me permite desarrollar una mayor conciencia de mis emociones y cómo se manifiestan en mi cuerpo.

Y como no puede ser de otra forma, siempre ha opciones para seguir aprendiendo y leyendo sobre este camino emocional que deseas realizar, por eso te dejo dos libros recomendados:

  • “Mujeres que corren con los lobos” de Clarissa Pinkola Estés. La autora utiliza mitos, cuentos y análisis psicológicos para ayudar a las mujeres a reconectarse con su esencia y aprender a escuchar y honrar los mensajes de su cuerpo y sus emociones.
  • “El lenguaje del cuerpo” de Allan Pease. Desde expresiones faciales hasta gestos corporales, Allan Pease revela cómo interpretar las señales del cuerpo para comprender nuestras propias emociones y las de los demás. Este libro ofrece una visión práctica y fascinante de cómo el cuerpo puede revelar lo que realmente sentimos.

¡No dudes en dar el primer paso y empieza a vivir una vida más plena y consciente hoy mismo!

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Una herramienta que te ayudará a nombrar, tomar conciencia y gestionar tus emociones de forma saludable, logrando retomar el sentimiento de calma y satisfacción en tu vida.
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