«Nunca supe decir lo siento»

Lo confieso, nunca supe pedir disculpas. Me costó expresar lo mucho que me apenaba y lo muy culpable que me sentí por haber hecho daño a alguien a quien apreciaba, amaba o incluso deseaba.
En un millar de ocasiones he metido la pata hasta el cuello y casi nunca supe disculparme.

Pero siempre supe cambiar de actitud. Siempre supe apartarme cuando debía. Siempre supe buscar lo que había hecho y cambiarlo para reparar el daño.
En muchas ocasiones he de confesar que fue doloroso, por que implicaba que apartarme de la vida de esa persona era la mejor de las disculpas.
En muchas otras, tan solo significaba tomar conciencia de lo que había hecho, del comportamiento que había tenido en esa circunstancia y no volver a repetirlo en situaciones parecidas.
En muchas otras, aún sigo aprendiendo a disculparme, porque en ocasiones saber disculparme es el mejor cambio de conducta que puedo ofrecer.

Pero lo que más me cambió, cuando uno siente que se ha equivocado con alguien, es actuar desde el amor. Mirar esa emoción que con tanto ondeaje de bandera llevaba frente a esa persona, mirar con sinceridad al amor, y desde ahí actuar con respeto, comprensión, empatía, simpatía, cordialidad, amabilidad,…pro sobre todo aprendiendo a pedir disculpas y cambiar mi comportamiento.

Desde aquí aprovecho para, si te das por aludido o aludida, pedirte desde lo más profundo de mi amor por tí, disculpas por eso que pudo dañarte.
Y también me pido disculpas a mi, a quien me pido disculpas por todas esas veces que tanto daño me he hecho y que aún no he cambiado de comportamiento.

¿Comenzamos ese proceso de cambio?