«La enfermedad de la soledad»
¿Sabías que no tener una red de relaciones sociales puede ser desastroso para tu salud?
Lo sé porque lo he vivido en algún momento de mi vida.
En nuestra sociedad la soledad es una realidad silenciosa que suele vivirse con vergüenza y es un cierto tabú.
Incluso es trabajoso reconocer que no tenemos esta red de personas frecuentes.
A pesar de la conexión de las redes sociales, aplicaciones como whatsapp, telegram o el propio teléfono con llamadas ilimitadas, pueden pasar las semanas sin que nadie te contacte de forma directa.
Incluso aunque tengamos reuniones de ocio, en las que contactar con otras personas, cuando tienes la enfermedad de la soledad, puede no mostrarte a las otras personas de forma real y no conectar.
Se sufre. Pero también se puede sanar.
La soledad es una de las emociones más complejas y universales que existen. Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos experimentado la sensación de estar solos, incluso rodeados de amigos y familiares. La soledad puede ser un estado pasajero o una experiencia más profunda y duradera que puede tener un impacto negativo en nuestra salud mental y física.
Vivir la emoción de la soledad puede ser una experiencia dolorosa y desconcertante. A menudo, nos lleva a sentirnos desconectados de los demás, incomprendidos e incluso insignificantes. En algunos casos, la soledad puede ser una elección consciente, como cuando buscamos momentos de tranquilidad para reflexionar o meditar. Sin embargo, cuando la soledad se convierte en un estado permanente, puede afectar negativamente nuestra autoestima, nuestra capacidad de conexión emocional y nuestra salud mental en general.
Aunque la soledad puede ser un estado emocional difícil de manejar, existen formas saludables de hacer frente a ella. Una de las maneras más efectivas de afrontar la soledad es conectar con los demás. Participar en actividades sociales, como unirse a un club o grupo de interés, puede ayudar a ampliar nuestra red de apoyo y fomentar la conexión emocional. Otra forma de hacer frente a la soledad es practicar la auto-reflexión y la auto-compasión.
A mí me sirvió, y aún me sirve en muchas ocasiones aprender a valorar y cuidar nuestra propia compañía ya que para mi es un primer paso para conectarme con los demás de una manera más auténtica y saludable.
En palabras del filósofo Jean-Paul Sartre, «si estás solo cuando estás solo, entonces realmente estás en buena compañía». Viene a confirmarnos la dificultad que solemos tener incluso para estar en el ahora cuando hay soledad.
La soledad no tiene por qué ser un enemigo, sino más bien una oportunidad para conectarnos con nosotros mismos y descubrir quiénes somos en el mundo. Al aprender a manejar la soledad de manera saludable podemos encontrar un equilibrio emocional que nos permita disfrutar de las relaciones interpersonales y de la vida en general.
¿Padeces o has sentido la enfermedad de la soledad?
Te dejo cinco estrategias cotidianas que puedes llevar a cabo para gestionar la soledad de forma sana desde el método handudy:
1. Cultivar la autoconciencia: Es importante tomar conciencia de cómo se siente y cómo se está lidiando con la soledad. Tomarse un tiempo para reflexionar sobre las propias emociones y necesidades puede ayudar a identificar qué es lo que se necesita para mejorar la situación.
2. Buscar actividades gratificantes: Participar en actividades que son placenteras y gratificantes puede ayudar a reducir la sensación de soledad. Puede ser útil explorar nuevos intereses o hobbies, unirse a grupos de interés o asistir a eventos comunitarios.
3. Conectar con otros: La soledad puede ser aliviada al conectarse con otras personas, ya sea a través de amigos, familiares o actividades sociales. Si se siente incómodo para conectarse con alguien en persona, hay opciones para conectarse en línea, como grupos de chat, foros, y aplicaciones de redes sociales.
4. Practicar la autocompasión: La autocompasión es un acto de amabilidad y aceptación hacia uno mismo. Puede ser útil recordar que la soledad es una emoción común y que no se está solo en esta experiencia. Practicar la autocompasión puede ayudar a reducir la autocrítica y la autodesvalorización.
5. Buscar ayuda profesional: Si la soledad se convierte en un problema persistente o está afectando significativamente la vida diaria, puede ser útil buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Los terapeutas pueden ofrecer apoyo y estrategias para lidiar con la soledad y ayudar a desarrollar habilidades para mejorar la vida social y emocional.
Si quieres dejar de sufrir con tus emociones cotidianas y conseguir hacer una gestión consciente de tus emociones, puedes hacerlo con el método Handudy que te ofrezco resumido en mi libro «Latidos de emoción»
Una herramienta que te ayudará a nombrar, tomar conciencia y gestionar tus emociones de forma saludable, logrando retomar el sentimiento de calma y satisfacción en tu vida.
Y si quieres comprometerte con un cambio significativo de tu vida, basado en la gestión emocional, contáctame para comenzar con tu programa personalizado.