«El dolor no es negativo»

«El dolor no es negativo»

Tiene que doler, tiene que hacerte sentir dolor para que les prestes atención.
Si miramos la herida va a doler, claro que sí.
¿De que otra forma puede señalarte tu sistema emocional que eso, que no puedes mirar ahora y que tanto esfuerzo te cuesta sostener, es importante y relevante para tu vida?

Y claro que el dolor es desagradable, pero no podemos estar evitándolo, no es sano mirar siempre hacia otro lado y querer forzar la alegría, la ilusión o la calma, si ese dolor tan fuerte lo metes en una caja y la escondes en lo más profundo de tu corazón.

Sentir dolor, es sinónimo de importancia y de pérdida.
Necesitamos el dolor, aunque sea desagradable, es la alerta más extrema que tenemos para comenzar a actuar de manera diferente en nuestra vida.

Eso sí, como dijo Buda, “El dolor es inevitable el sufrimiento es opcional”

No sufras cuando duela, de forma sencilla para tu vida, escucha de dónde viene el dolor, busca que lo provoca, siéntelo de forma plena, deja que hable, llora con él, grita con él, acepta con él, pero no sufras con ello.
El dolor no es malo, tampoco es bueno, pues eso son juicios de nuestra mente que no entiende de emociones. Pensarlo así es cuando genera sufrimiento.
El dolor simplemente es una de las más de treinta emociones de la tristeza, así que mira lo que has perdido, aprende a vivir sin ello y acepta que ya no puede estar.

¿Sabes escuchar tu dolor? Yo te cuento cómo hacerlo.

Escuchar el dolor como emoción es centrarse en el ámbito de la tristeza, es detenerse a vivir sin algo que yo no tenemos. Esto es una de las herramientas que trabajamos desde el método handudy. Te doy cinco estrategias para llevar de forma sana el dolor en tu vida cotidiana:

1. Aceptar y validar las emociones: Permitirse sentir las emociones sin juzgarse a sí mismo puede ser un primer paso importante para gestionar el dolor emocional. En lugar de negar o reprimir las emociones, se trata de aceptarlas y validarlas, reconociendo que es normal y humano sentir dolor y sufrimiento.

2. Practicar la atención plena emocional: La atención plena es una práctica que consiste en prestar atención consciente y sin juicios al momento presente. Al centrarse en el momento presente y en las sensaciones corporales, la atención plena puede ayudar a reducir la rumiación y la preocupación por el pasado o el futuro, lo que puede contribuir a reducir el dolor emocional.

3. Buscar apoyo social: Buscar apoyo social es otra estrategia efectiva para gestionar el dolor emocional. Hablar con amigos, familiares o profesionales de la salud mental puede ayudar a procesar y validar las emociones, y proporcionar una sensación de conexión y pertenencia que puede reducir la sensación de aislamiento y soledad.

4. Adoptar un enfoque de resolución de problemas: Cuando se enfrenta a situaciones dolorosas, puede ser útil adoptar un enfoque de resolución de problemas. Identificar los problemas y buscar soluciones prácticas puede ayudar a reducir el dolor emocional y proporcionar un sentido de control sobre la situación.

5. Practicar la autocompasión: La autocompasión es una forma de cuidado personal que implica ser amable y compasivo con uno mismo. Practicar la autocompasión puede ayudar a reducir la autocrítica y la autodesvalorización, lo que puede contribuir a reducir el dolor emocional.

Si quieres dejar de sufrir con tus emociones cotidianas y conseguir hacer una gestión consciente de tus emociones, puedes hacerlo con el método Handudy que te ofrezco resumido en mi libro «Latidos de emoción»
Una herramienta que te ayudará a nombrar, tomar conciencia y gestionar tus emociones de forma saludable, logrando retomar el sentimiento de calma y satisfacción en tu vida.


Y si quieres comprometerte con un cambio significativo de tu vida, basado en la gestión emocional, contáctame para comenzar con tu programa personalizado.