Emociones y Jóvenes

En esta ocasión os dejo una breve entrada que forma parte de una de mis colaboraciones solidarias. Dentro del Centro Juvenil Adelante (Sevilla), cada viernes les ofrezco , a los animadores y animadoras que llevan sus actividades, unas Píldoras Formativas que buscan dejar ideas breves y sencillas sobre temas educativos muy diversos. En esta Ocasión: «Las Emociones dentro del Centro Juvenil».

Las emociones y su gestión, es siempre un tema relevante para la vida, pero si hablamos de jóvenes, más aún. La sociedad actual aún transmite ideas sobre la necesidad de rechazar las emociones – en especial cuando nos frenan en la vida – y sin embargo todos los productos y servicios que consumimos a diario nos los venden, precisamente, por que nos causan precisamente emociones.

Y es que está claro que si no somos conscientes de cuando y cuanto nos emocionamos y de lo que sentimos con ellas, seremos analfabetos emocionales y de ello siempre podrán aprovecharse. Que los jóvenes, ya sean educadores como educando, tomen conciencia y mejoren su gestión emocional, se hace hoy muy urgente, por eso os dejo las ideas sencillas que el Centro Juvenil con el que colaboro, busca conseguir mejorar a lo largo de este año.
Algunos descubrimientos , importantes en actividades juveniles, sobre las emociones:

  • Nuestras emociones nos hacen humanos, nos construyen como personas; y son nuestras emociones las que nos acercan a las personas y por tanto a Dios.
  • En las emociones hay tres niveles interdependientes: conocerlas, tomar conciencia y gestionarlas. Es importante que se trabaje a nivel personal, tanto la persona educadora consigo misma, como en la relación con los chicos y chicas que cada emana tienen en sus actividades.
  • Hay emociones básicas (alegría, plenitud, amor, tristeza, ira y miedo), y un total de 308 dependientes de ellas, según el modelo definido por Bisquerra, R (2015) y no solemos ser capaces de diferencias más de 30.
  • Las emociones no hay que evitarlas, educarlas o controlarlas; simplemente hay que reconocerlas, aceptarlas y aprender a gestionarlas.
  • No es lo mismo emoción que sentimiento. Las emociones son inmediatas e incontrolables, los sentimientos son las valoraciones personales que le sumamos y que nos hace responder de una manera u otra.
  • Las emociones no son permanentes, los recuerdos y las ideas, es decir los sentimientos, sí pueden serlos siempre que nosotros queramos.
  • Poner atención a nuestras emociones y a la de los demás, mejora nuestro funcionamiento neuronal, nuestro cerebro. En la labor de un animador o animadora es imprescindible saber que emociones existen en cada momento en nuestros grupos de jóvenes y en especial, saber provocar las emociones que deseamos para que tengan una experiencia educativa positiva.
  • Alguien que no se emocione, no aprende.
  • Para crecer en las emociones…afrontar, aceptar, reconocer, profundizar e integrar, todo lo que hay detrás de los sentimientos que aparecen detrás de cada emoción.
  • Todo pensamiento, toda acción neuronal de nuestro cerebro, lleva carga emocional, por tanto, no debemos obviar esto.
  • Para ser mejores animadores y animadoras de grupos juveniles es imprescindible que conozcamos nuestras propias emociones y seamos capaces de reconocerlas y provocarlas en los chicos y chicas con quienes trabajamos cada semana.
  • Una de las mejores estrategias para vivir de forma más feliz y plena como personas, es el convertir nuestras fracturas emocionales, después de trabajarlas, en la parte más fuerte y bella de nuestras personas.

Algunos mitos, o ideas erróneas, que debemos olvidar sobre nuestras emociones:

  • Pensamos que hay emociones negativas o positivas. Realmente solo están las que nos hacen sumar energía para la acción o las que nos frenan.
  • Las emociones son más fuertes en mujeres que en hombres. Realmente el lenguaje emocional no depende del sexo de la persona, tan solo la cultura y los frenos culturales son los que nos hacen limitar nuestras emociones, en ciertas circunstancias.
  • Las emociones no se aprenden, son innatas. En realidad, tenemos que aprender a entenderlas en nosotros mismos y en los demás, como si de un idioma se tratara.
  • «Ojos que no ven corazón que no siente». Querer esconder una emoción, o querer alejarla en la distancia o en el tiempo, no evita que la sintamos. «ojos que no ven…» torta que te pegas. Las emociones pierden fuerza, pero los sentimientos que vinculamos a ellas, no se pierden si nosotros no los dejamos ir.
  • Es malo dejarse llevar por las emociones a la hora de tomar decisiones. En realidad, es importante equilibrar razonamiento y emociones, ya que percibimos mucha información de nuestras emociones y no solemos dedicarle tiempo a escucharlas y ver qué información útil hay en ellas.
  • Si me dejo llevar por las emociones, me debilito como persona. En realidad, las personas que son más fuertes y resolutivas, son aquellas que han asumido sus emociones, las aceptan e incluso les dedican tiempo a escucharlas.
  • Para tener salud mental hay que controlar las emociones. Lo que realmente hay que controlar son las ideas que asociamos, los sentimientos, los recuerdos, hay que limitarlos e incluso anularlos, las emociones hay que dejarlas fluir.
  • Las emociones nos alteran, ya sea para bueno o para malo. La experiencia vital nos dice que quien vive de forma integral su vida, aceptando y viviendo sus emociones sin evitarlas, son personas con mayor calma, con más serenidad, con mejor afrontamiento de la vida.

En adelante esperamos que la relación de cada persona consigo misma mejora, así como la relación entre cada persona que anima y los chicos y chicas des sus grupos juveniles Las emociones deben tomar protagonismo y hay que perder le miedo a hablar de ellas.
Os dejamos dos libros que pueden serviros en para comenzar a profundizar en este tema:

  • «Universo de emociones«, de Rafael Bisquerra editado por PalauGea en 2015.
  • «Emocionario«, de Cristina Núñez y Rafael R. Valcárcel, editado por Palabras Aladas en 2014.

Javier Medina – Director de Handudy
Para el Centro Juvenil Adelante.